jueves, 25 de diciembre de 2014

Lamasus, 721-705 a.C.

Musée du Louvre, París. 2014. 
Cuando Sargón II decidió el emplazamiento de una nueva capital, a unos quince kilómetros de Nínive, no ideó solo un palacio sino una ciudad de proporciones gigantescas. Erigida en la actual Jursabad, la ciudad fue creada de la nada, una ciudad nueva que necesitó un número incalculable de mano de obra. Símbolos de esta desmesura es este lamasus, criatura alada con cuerpo de toro, una especie de monstruo benévolo encargado de ahuyentar las fuerzas hostiles. El suave rostro humano, que obedece a proporciones matemáticas sabiamente calculadas, comunica quietud, serenidad y armonía. 






No hay comentarios:

Publicar un comentario